viernes, 7 de mayo de 2010

Una dieta equilibrada

Si uno pasa hambre es difícil que sepa cocinar y, en el hipotético caso de que se le dé bien, no podrá distinguir un plato exquisito de uno vomitivo si normalmente apenas prueba bocado. Una alimentación sana y equilibrada es fundamental y más aun si usted pretende dedicarse a la traducción. No sólo se trata de comer, sino de comer bien. En ese matiz reside la diferencia entre el que cocina y el que sabe cocinar. El primero lo hace para subsistir, porque no le queda más remedio. Pero el segundo lo hace porque quiere, porque le apasiona y un apasionado de la cocina es también un apasionado de la comida. Lea todas las sopas de letras que pueda para así luego escribir mejor las suyas. Ha de estar bien informado, ¿cuántos ingredientes no ha usado todavía? ¿Cuántos le quedan por conocer y cuántos desconocerá a lo largo de su vida? Una dieta saludable será su mejor aliado. Mens sana in corpore sano. Un estómago vacío con el tiempo equivale a una cabeza vacía y un cuerpo desnutrido sólo puede generar textos anémicos. Si el cráneo le suena hueco, rellénelo, rellénelo cuánto antes. Para ello, debe valerse de una curiosidad insaciable, esté siempre hambriento, pero sin pasar hambre: ese es el truco. Vivimos en la época de la sobrealimentación. Tiene a su alcance un suministro infinito de sopas de letras, fechas, datos, textos, imágenes. Aprovéchelo. Cuanto mejor alimentado esté, mejor sabrá alimentar a sus lectores. Y ahora si me disculpan, tengo un caldo de verduras en el fuego.